Niña congoleña primer plano

CONGO, la vida en estado puro

Datos sociológicos de la R. D. del Congo.
Datos sociológicos de la R. D. del Congo.

Estos son los datos de instituciones como UNICEF, Naciones Unidad, etc. Yo no los conocía antes de viajar al Congo, pero creo que ni sabiéndolos hubiera podido imaginar lo que significan en la vida diaria de una persona. Solo he estado 21 días y cuatro lugares distintos del sur del Congo. Las misioneras que viven ahí tendrían derecho a decirme que no tengo autoridad para escribir sobre este país. Pero este es el trabajo de una periodista: publicar lo que destaca y eso solo se percibe con las primeras experiencias. 

Aún con esto, os aseguro que es muy complicado para mí explicaros lo vivido, porque mi experiencia ha sido de binomios: pobreza/riqueza, humanidad/crueldad, acogida/frialdad, libertad/esclavitud, alegría/tristeza… En definitiva, lo que he visto ahí ha sido la vida en estado puro, y he entendido que lo que es normal para mí, no tiene por qué ser normal para otros; conceptos como pobreza o comodidad no son iguales en todas partes. Y no porque sean relativos, sino porque son distintos. 

¿Qué es la pobreza? ¿Qué es la acogida? ¿Qué es la vida sana? ¿Qué es vivir bien? No creo que debamos sentirnos superiores en Europa porque tengamos más avances tecnológicos o mejores infraestructuras. Y con esto no hago una apología a la pobreza. Creo que debemos hacer un esfuerzo por entender las culturas diferentes y desde ahí pensar qué podemos aportarles y qué podemos necesitar nosotros de ellos. Lo que tenemos que entender es que nos necesitamos mutuamente.

La noche anterior a salir para el Congo, una misionera veterana me dijo iba a experimentar cómo mis cinco sentidos los iba a vivír distinto allá. Y así fue, lo entendí nada más pisar África y lo fui comprendiendo a lo largo de los 21 días del viaje por el Congo.

Cuando llegas ahí, lo primero que notas es que la Tierra huele diferente, la gente, la comida, los comercios, todo huele diferente. Es un olor intenso, distinto; sólo lo notas los primeros dos o tres días, luego la pituitaria se acostumbra. Huele a vida natural, a vegetación exuberante, a handmade apasionado. A leña quemada y comida humeante. A polvo rojo penetrante.

Y en seguida ves mucha pobreza y, a la vez, mucha riqueza. Coloridos vehementes, hasta en el color de la piel. Te das cuenta de que tú no tienes color. Ves caras muy serias y formales al acercarte y muy alegres y sonrientes cuando entran en confianza. Ves la vida en estado puro: niños correteando por todas partes, mucho movimiento, un cierto caos en la ciudades y una calma impresionante en los poblados. Parece que, de repente, la gente se multiplicara como fotocopias. Ves atardeceres y estrellas impactantes, no hay contaminación lumínica. Y ves que muchos de tus conceptos no funcionan: Ciudad, orden, tiempo, comodidad, acogida, no responden a lo que tú conocías. Entras en otra dimensión mental. 

Luego, oyes muchos sonidos nuevos, conversaciones a todo volumen, cantos entremezclados con gritos festivos, que todos conocen, menos tú. Ruidos como el del mortero que aplasta fuerte la hoja de la mandioca. Y oyes una y mil veces jambo porque todos te saludan por ahí donde pasas, o karibu que es mucho más que bienvenida, pasa adelante, acércate, estás en casa. Y oyes el milagro del canto de las aves en plena ciudad.

Tocas muchas manos, casi todas de gruesa piel, de hombres y mujeres muy fuertes. Tocas a todas horas ese polvillo  rojo y fino de la tierra, que se pega por toda tu piel hasta los dientes. Tocas tu propia necesidad, no de ellos, tu necesidad: de abundancia de agua, de electricidad constante, de señal de internet, de un colchón y una cama como estás acostumbrada, de descanso. Tocas la vida en pleno apogeo, niños que salen hasta debajo de las piedras, la vida libre, la vida fresca. Tocas tu impotencia. Y también la gran riqueza humana acompañada de una enorme pobreza material. Tocas su inocencia y sus luchas, no por llegar a fin de mes, sino por llegar al fin del día. 

Y finalmente, el gusto también lo vives distinto. No solo en los nuevos sabores de la comida, el bucari y el pescado seco de cada día, sino también en el estilo de decorar, en el concepto de  ‘atractivo’ y ‘elegancia’, en el gusto por la fiesta y la unión de la familia o el clan. La vida sabe diferente ahí, sabe a libertad, a salud física y mental. La vida ahí sabe con más frecuencia a Dios. 

Y todo esto hace mucho más difícil para mí explicar mi experiencia de este viaje. Lo que vi, lo que olí, lo que oí, lo que tocaron mis manos y lo que gustó mi boca, fue todo completamente distinto. Ni mejor, ni peor.

Desde que volví no he parado de contar cosas vividas ahí, pero ahora solo quiero destacar cuatro aspectos que me parecen importante mencionar:

  1. Las vías & medios de comunicación.
  2. La riqueza & la pobreza.
  3. La mujer & la educación. 
  4. Las misioneras & las misiones.
Puente de camino a Kamina, Congo.
Puente de camino a Kamina, Congo.

1. Las comunicaciones. Todos sabemos la importancia que tienen las vías de comunicación para el progreso de cualquier país o ciudad. Nosotros recorrimos dos mil kilómetros entre la ida y la vuelta, de Lubumbashi hasta Kamina. De todos ellos, solo un tramo de 300 km son asfaltados (entre Lubumbashi y Kolwezi). Visitamos dos ciudades y dos poblados. Los poblados no conocen el asfalto; las ciudades son distintas, tienen una pequeña parte que sí. Esto dificulta mucho el comercio y el progreso. 

Penetraciónde Internet en la R. D. del Congo, 2017.
Penetraciónde Internet en la R. D. del Congo, 2017.

Otra modo de comunicación es Internet. La mayoría de los  poblados ni siquiera tienen 2G, con algunas pequeñas excepciones. Las ciudades, en cambio, tienen 3G. Pero la mayoría de las personas no tienen teléfonos. En la R.D. Congo solo existían 36.47 millones de teléfonos móviles en 2018, lo que corresponde a un promedio de 0.43 por persona; mientras en la UE, esta cifra es de 1.2 teléfonos móviles por persona. Solo el 9% de todos los residentes del país tienen acceso a Internet y aproximadamente solo el 0,01% tiene su propia conexión rápida, que es al menos más rápida que la RDSI anterior (más de 2048 kbit/s). Podemos ampliar esta información aquí: https://www.datosmundial.com/africa/congo-kinshasa/telecomunicacion.php

Smartphones en la R. D. del Congo, 2018.
Smartphones en la R. D. del Congo, 2018.

Una Hermana misionera me comentaba que esto tiene un impacto brutal en el hecho de que haya, o no, agua canalizada. Kanzenze, con ayuda de la Fundación del Canal Isabel II y nuestra Congregación, gracias a su relativa cercanía a una ciudad llamada Kolwezi, ha conseguido llevar las máquinas necesarias para tener agua potable Kafakumba ni siquiera tiene pozo, utilizan agua de lluvia. Los caminos para acceder son tan malos que es muy difícil que lleguen las maquinarias. La gente bebe el agua contaminada de los ríos y lagos.

Mujer recogiendo agua (contaminada) para beber, cocinar, etc.
Mujer recogiendo agua (contaminada) para beber, cocinar, etc.

Existe una iniciativa llamada «Móviles por el Congo» que, aunque no es para facilitar el acceso a la conectividad, contribuye a la tecnología libre de conflicto. Es una campaña muy importante para mejorar las condiciones de vida de la gente del Congo, incluye trabajo con mujeres y niñas para prevenir explotación laboral infantil.

Exportaciones de África a China, 2016.
Exportaciones de África a China, 2016.

2. La riqueza y la pobreza. El Congo es un país privilegiado en recursos naturales, muy rico en minas de diamantes, de oro, de cobalto, de cobre. Y pienso que esa riqueza es su principal causa de pobreza. Como casi todos los países jóvenes sus gobiernos son corruptos, se enriquecen las personas sin conciencia de sus consecuencias. Estos últimos años se está vendiendo la explotación de las minas principalmente a los chinos. Estos, además de llevarse los minerales, explotan a los congoleños. Ampliar esta info en https://elordenmundial.com/mapas/conquista-comercial-de-china-en-africa/ 

Niñas, estudiantes, cargando a su hermano menor, al carbón y las verduras, mientras sus hermanos solo llevan el cuaderno.
Niñas, estudiantes, cargando a su hermano menor, al carbón y las verduras, mientras sus hermanos solo llevan el cuaderno.

3. La mujer y la educación. La mujer usa faldas largas y coloridas y, desde niña, asume todas las labores domésticas. Muchas veces, además, desde pequeña se hace cargo de sus hermanos menores. Suele quedar embarazada bien pronto y carga literalmente con sus hijos a todas partes, los lleva a la espalda incluso al trabajo. La mujer en la mayoría de los casos no puede estudiar, es ama y alma de la casa. Los hombres, en cambio, pasan muchas horas sentados todos juntos hablando o jugando o bebiendo. El trabajo de ellos queda reservado a aquellos en que se necesita más fuerza física; ellos son los que talan los árboles para la adquirir la leña que se usa para cocinar, ellos los que trasladan el carbón cuando se trata de largos kilómetros, algunas veces ayudan en el mercado, y también tejen las cestas. Pero con solo vivir ahí unos pocos días, queda claro que nacer mujer en el Congo es tener muchas menos ventajas para estudiar y llegar a la universidad. 

Misionera de la Pureza de María en la misión de Kanzenze, R.D. del Congo.
Misionera de la Pureza de María en la misión de Kanzenze, R.D. del Congo.

4. La misioneras. En mi opinión, las misioneras son auténticas heroínas. Las misiones son el alma y el oasis de los poblados. Sin tener ninguna necesidad de irse a vivir a una cultura tan diferente a la suya, ellas dejan lo que en Europa llamamos comodidades y progreso para adaptarse a los nuevos conceptos africanos. Su cuerpo necesita adaptarse a sufrir malaria o fiebre tifoidea cada año, a una nueva alimentación, a una nueva cama y espacio de habitación. Pero es su mente la que necesita mayor adaptación; los cambios culturales son fuertes, los cambios de conceptos, como el del tiempo, son costosos. El modo de trabajar, el modo de vivir, las costumbres, todo es muy distinto a lo que están acostumbradas. Y todo ello les resulta un reto, un motivo de alegría, por causa de la razón que llegan ahí. Son personas que desean compartir esa vida, que se entregan sin buscar recompensas, que tienen una inquietud motivadora por acompañar a ese pueblo y saben dejarse evangelizar por ellos. Han descubierto que el Evangelio tampoco se puede entender solo de una manera. En los poblados las quieren, las respetan, las valoran. La gente sabe que ellas aportan luz a ese lugar.

Las misiones de Pureza de María son un oasis para los poblados donde se encuentran. Toda su obra facilita la educación que es el único motor de crecimiento en cualquier país. Podríamos afirmar que las misiones completan esa vida en estado puro que ahí se respira por todas partes.

3 Comments
  • Inmaculada Badia
    Posted at 23:57h, 22 noviembre Responder

    Me ha impresionado y emocionado a la vez tu relato… parece que eso no pueda existir, que no haya un lugar y personas que vivan de ese modo y en esas condiciones…
    Gracias por mostrarnos una realidad tan viva y tan alejada de nuestro día a día.

  • Josephine
    Posted at 11:14h, 22 noviembre Responder

    Yo soy congoleña y conosco este lugare y sue pena por mi pais que tiene tantas riquezas y la gentes siguen sufriendo y lo que me llama mucho la atencion a pezar de estas povrezas la gentes siguen alegres comparten lo que tienen y viven con esperanza no es los materiales qu dan sentido a la vida si no la vida simple y alegre

  • Adrian D
    Posted at 23:13h, 20 noviembre Responder

    La verdad es que no hago una verdadera imagen de lo q significa estar ahí. Sólo una imagen leve de como puede ser. Hay que vivirlo. Gracias

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