Conocer no es andar el camino

El camino dificil

 

«Con el tiempo aprenderás que hay diferencia entre conocer el camino… y andar el camino…» (Matrix)

Imagina que te cuentan cómo recorrer la selva, te dan todos los detalles, te enseñan fotos, te ofrecen todos los contactos, e incluso te dan un mapa… ¿Crees que sería igual que haber estado ahí?? ¡Seguro que no! Alfred Habdank Skarbek Korzybski acuñó la famosa y excelente frase: «El mapa no es el territorio» citada por al escritor surrealista belga Jan Bucquoy en la séptima parte de la serie de cómics Jaunes.

«El mapa no es el territorio», conocer no es andar el camino. Tenemos una sensibilidad capaz de imaginar cualquier cosa, pero no capaz de superar la experiencia. Aunque dicen los expertos que nuestro cerebro es tan potente que es capaz de crear realidades y sensaciones igual que si las estuviera viviendo. Imaginas tu plato favorito y empiezas a salivar. Pero sólo sucede si has vivido antes la experiencia. Si no sabes a qué sabe una fruta, por mucho que te lo cuenten no serás capaz de imaginarla. Por eso digo que nuestra vida sólo puede ser saboreada desde la experiencia.

Llevo esto incluso al plano religioso. Puedes saber mucha teología y no haber saboreado a Dios en tu corazón. Me atrevo a decir, incluso, puedes vestir un hábito religioso y no vivir el Evangelio. Absurdo, ilógico, incoherente?? Sí, pero posible y real. Hasta que no te duele la cruz, hasta que no sabes de muchas horas a su lado, hasta que no se apodera de ti su presencia, hasta que no se hace un amigo insustituible y necesario, no conoces a Jesús, no has entrado en su experiencia. La fe necesita madurar… hacernos más humanos que nunca.

Fundamental también la experiencia humana para vivir la experiencia religiosa y al revés. Para mí la grandeza de Jesús está en su encarnación, lo digo muchas veces: 100% divino y 100% humano. Nos ensancha por dentro, nos llena de gozo y fortaleza, nos libera inmensamente, y nos hace disfrutar tanto, tantísimo, de lo que son los efectos del amor… que es imposible no comunicarlo, no contagiarlo. No te lo puedes guardar.

El mapa no es el territorio. Es sólo una representación del mismo tal como lo vio y vivió quien lo hizo. Por lo que siempre será único e irrepetible. Nuestra experiencia no podrá ser nunca comunicada exactamente, aunque sí contagiada. Jamás nadie podrá recorrer nuestro camino, pero podrá andar el suyo y crear su mapa. Cada uno lo representa a su manera, desde sus propias vivencias y experiencias. Y es así como necesariamente nos hacemos complementarios y necesarios a los demás. Somos seres tan esencialmente relacionales que necesitamos compartir nuestras experiencias por más que el otro sólo pueda hacerse una representación de nuestra realidad, interprentándola desde sus propias vivencias. Pero he ahí nuevamente la riqueza de la diversidad y de la comunidad.

Con el tiempo seguramente iremos actualizando nuestros mapas. Por más que tu cerebro se resista al cambio. Te das cuenta de que hay cosas que no encajan, que necesitas cambiar. También nuestra fe. No es lo mismo la de un niño, que la de un joven que la de un adulto o anciano. La experiencia, una vez más, nos obliga a cambiar nuestra mirada de la vida, del mundo y de Dios. Vivido en comunidad es una pasada porque las distintas generaciones, culturas y edades, se ven enriquecidas tremendamente al compartir. El otro te hace pensar, te mueve a salir de tu comodidad, te invita sin presión a recalibrar la mirada, la fe, la vida…

Pero nadie puede hacer el camino por ti. Sólo tú sabrás lo que es enamorarte, lo que es decidir, lo que es la amistad, lo que es compartir, lo que es perseguir tus sueños, lo que es sentir que estás vivo, que amas, que gozas, que sufres, que vives… Sólo tú conocerás a Jesús, aunque muchos te contemos nuestra experiencia. Hasta que decidas abrirte y decidirte a esa vivencia.

4 Comments
  • CASPETA
    Posted at 16:41h, 01 junio Responder

    ME GUSTO MUCHO, FELICITO ESTE BLOG

  • Maricarmen
    Posted at 06:21h, 24 enero Responder

    La sigo en Twitter y la leo desde México 🙂 Gracias por recordarme que la fe se debe vivir día a día, saborear a cada momento el infinito amor de Jesús por nosotros.
    Saludos!

  • Daniel
    Posted at 05:42h, 22 enero Responder

    Muchas gracias, hermana.

    A mí me ha servido esta frase especialmente: «La fe necesita madurar… hacernos más humanos que nunca.»

    Que Dios me escuche. Gracias!!!

    • Xiskya
      Posted at 07:37h, 22 enero Responder

      Justo esa es una idea que quiero desarrollar otro día, Daniel. Gracias x comentar!

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