Una oración que humanice

 

FOTO: XISKYA VALLADARES

Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora en secreto a tu Padre. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu recompensa. Y al orar no repitas palabras inútilmente, como hacen los paganos, que se imaginan que por su mucha palabrería Dios les hará más caso. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis aun antes de habérselo pedido.(MATEO 6:6-8 DHHE)

Lo más habitual es encontrarnos con que sólo acudimos a Dios cuando lo necesitamos. Es de esos amigos con los que nunca hablamos, pero cuando surge un problema, es al primero que acudimos para pedirle un favor… Vaya amistad! Yo, al menos, no comprendo la amistad sin una cierta intimidad y diálogo de corazón a corazón. Estaremos todos de acuerdo que no se cultiva la intimidad cuando no hay comunicación frecuente y cuando no existe un poner en común las cosas de ambos.

Si nuestra idea de Dios es la de un mago o un fetiche, entonces se comprende que solo acudamos a él en momentos difíciles. Pero si Dios es Padre y Amigo, ¿no es un poco raro que no tengamos una relación más frecuente y más íntima? Cierto que cuando nos hacemos mayores nos alejamos de la casa paterna… Pero, amigos, el corazón pocas veces se hace realmente mayor. Hay un niño dentro de cada uno que llora, ríe, sufre, goza y necesita un Padre/Madre bueno y tierno. Ese es otro gran descubrimiento cuando cuidamos esa relación con Dios: descubrimos por experiencia quién y cómo es realmente.

Yo os puedo asegurar de que Dios es Amor, padre, madre y amigo o amiga, todo lo que es el Amor: ternura de madre, firmeza de padre, alegría de amigos, solidaridad de seres compasivos, paz, bendición (que es decir bien), compromiso, fuerza, y todo lo que entendemos por Amor. No os lo digo desde los conocimientos, os lo digo desde mi experiencia.

Me sucede con mucha frecuencia que cuando alguien se me acerca a hablarme, siento muy dentro esa presencia de Dios en él que me lleva a desear tratarle con todo el respeto que se merece. He de reconocer que cuando era más joven me ocurría con más intensidad. Lamentablemente la vida del mundo adulto va muchas veces endureciendo sin darnos cuenta al niño que llevamos dentro. Supongo que nos pasa a todos al descuidarlo tanto. El esfuerzo está precisamente en no caer en esa trampa.

Sólo una conclusión de todo esto para terminar: El trato con Dios nos enclava en la armonía y la paz, pero además nos hace más humanos. La oración verdadera siempre nos humaniza, nunca nos hará sentir perfectos ni jueces ni distantes del ser humano.

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DATOS EXIF DE LA FOTO:

Modo de exposición: Exposición manual
Tiempo de exposición: 0 / 1
FNumber: 3,2
Longitud focal: 90
Long. focal película 35 mm: 135
Clasific. velocidad ISO: 200
Modelo de lente: 90.0 mm f/2.8
Valor de apertura máx.: 3,3
Modalidad de medición: Punto
Valor velocidad del obturador: 5,322
Distancia del sujeto: 0,56
Balance de blancos: Balance de blancos automático

1 Comment
  • xiomara paguaga
    Posted at 18:11h, 25 enero Responder

    Para pedirle algo a Dios hay que hacerlo con fe, y la FE ES EL ENCUENTRO PERSONAL CON EL,es tener la experiencia de Dios en nuetras vidas.

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