El papa nos pide no callar

papa nos pide no callar

Acabo de leer que el papa ha pedido en Sri Lanka a los líderes de todas las religiones que «denuncien los actos de violencia»… No se puede decir ni más claro ni más valiente. Las religiones deben denunciar el fundamentalismo y promover la paz.

XISKYA VALLADARES / Neupic

15-01-2015 –  «Por el bien de la paz, nunca se debe permitir que las creencias religiosas sean utilizadas para justificar la violencia y la guerra. Tenemos que exigir a nuestras comunidades, con claridad y sin equívocos, que vivan plenamente los principios de la paz y la convivencia que se encuentran en cada religión y denunciar los actos de violencia que se cometan.» (Francisco, al final de su discurso a los líderes religiosos en Sri Lanka)
El 70% de la población de Sri Lanka es budista. El 13% hinduistas, 10% musulmanes y solo un 7% cristianos. Puede sorprendernos que sea éste el país elegido por el papa para ser visitado. ¿Qué pinta el líder de los católicos en una nación donde solo un 7% es cristiana? Yo lo veo como un gesto más de su preferencia por las periferias, las minorías sin poder, y, a la vez, un esfuerzo por crear diálogo interreligioso, denuncia de lo que no es religión y una incansable apuesta por la unidad.

Francisco invitó a poner «la reconciliación entre todas las personas de Sri Lanka en el centro de todos los esfuerzos para renovar la sociedad y las instituciones». Defendió que «las creencias religiosas no pueden ser manipuladas para apoyar la guerra», y pidió que todas las religiones «denuncien los actos de violencia cuando se cometan». En otras palabras, nos dice que no tengamos miedo y que no callemos porque «si somos honrados al presentar nuestras convicciones, podremos ver más claramente lo que tenemos en común». Esta es la ventaja de tener un papa de 78 años que no puede ser más libre para hablar.

Pero esto que parece un sueño ha sido una realidad durante la reunión de los grandes líderes de las cuatro principales religiones del mundo presentes en Sri Lanka. El cardenal de Colombo ha definido al país como «nación  bendecida por las enseñanzas de las grandes religiones del mundo». Antonio Spadaro, presente en el viaje del papa afirmaba en un tuit: «El Papa está ligando el tema de la libertad religiosa con la superación de las divisiones de naturaleza religiosa».  ¿Por qué no es posible trasladar esta experiencia al mundo real y cotidiano?

Nos falta diálogo. Ni siquiera sabemos dialogar, porque solo cuando se dialoga se pueden descubrir los puntos en común que todos tenemos. En el fondo, nos separan y dividen nuestros propios intereses y miedos a perder. Es triste pero lo de París ha demostrado que solo reaccionamos cuando nos tocan de cerca, que miramos mucho más para nuestros propios intereses y que el miedo nos impide denunciar la violencia cuando la vemos lejos. Pero el papa es claro, directo, y valiente. Lo dice tal cual: Las religiones deben denunciar el fundamentalismo y promover la paz. «Todos han de sentirse libres de expresar sus inquietudes, sus necesidades, sus aspiraciones y sus temores».

Para poder poner la reconciliación en el centro de nuestros esfuerzos, ante todo, debemos renunciar al miedo y, sin perder el respeto, valorar cada uno nuestra propia identidad. Es la única manera de que todos tengamos voz, como dijo Francisco. En la canonización de Joseph Vaz, el papa afirmó que el nuevo santo «dio ejemplo de respeto a todas las personas, con independencia de su etnia y religión».

Es mucho más fácil dividir, defender solo nuestros intereses, dejarnos invadir por el miedo. ¿Por qué no afrontamos con valentía la tarea de denunciar la violencia y de promover la unidad? Podríamos tomarnos un poco más en serio la Palabra de Dios: «Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes. Porque tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas» (Josué 1, 9)

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