¿Buscar a Dios en Internet?

nostalgia (1)

El deseo de Dios es innato en el ser humano, un deseo de amor infinito y de eternidad. Dios está presente en todas partes, aunque de forma especial en ciertos actos y lugares religiosos. También le podemos hallar en Internet. Sobre todo en el testimonio de vida de creyentes convencidos.

Quiero partir de tres afirmaciones científicamente no demostrables, pero experimentalmente muy reales. Por un lado, el deseo de Dios es innato en el ser humano. Y una muestra de ello es que incluso con el laicismo prominente en nuestras sociedades, la espiritualidad se ha puesto de moda. Somos seres para la trascendencia.

Por otro lado, a Dios podemos encontrarlo en cualquier parte. Aunque para los creyentes, está presente de un modo especial en los sacramentos y en lugares santos, también existen otros signos sensibles de su presencia entre nosotros. Un compañero mío de la universidad, japonés, llamado Ko, se convirtió al catolicismo sólo de entrar en la iglesia de Santa María del Mar (Barcelona) y sentirse maravillado de su belleza. Pensó: «Si hay hombres capaces de construir algo tan bello para su Dios, es que ese Dios existe.» Un año después se bautizaba en esa misma iglesia.

Y la tercera afirmación es una evidencia: la fe es un don que da el mismo Dios. Pero Dios se sirve de cosas ordinarias para hacernos vivir experiencias extraordinarias. Pocas veces un ser humano cree porque suceda un milagro. Los milagros, de hecho, son muy escasos. Dios no es un mago que vaya forzando las leyes de la naturaleza a nuestro antojo.

Quizás en la actualidad se ha perdido bastante sensibilidad para apreciar la belleza de una iglesia, porque nos hemos acostumbrado a ver esas cosntrucciones medievales o barrocas como algo normal. Pero no nos pasan desapercibidos otro tipo de detalles a los cuales no estamos acostumbrados: el perdón, la solidaridad, la sonrisa en el dolor, el poner la otra mejilla, etc. Los creyentes somos cada vez más numerosos en Internet. Y si vivimos de verdad nuestra fe, somos incosncientemente testigos de nuestra experiencia de Dios, que en muchos casos nos lleva precisamente a vivir, también en la red, esos valores.

Sin embargo, veo un peligro importante. Internet es un mercado de todo y en ese mercado se encuentra también la religión. Muchas personas no  tienen criterio ni formación suficiente para discernir cuándo lo que le están ofreciendo es un timo o algo auténtico. Por supuesto que quien busca la fe en Internet la encontrará. Pero cuidado: ¿qué tipo de fe? ¿qué tipo de espiritualidad? Se ‘vende’ mucha literatura, muchas teorías y prácticas religiosas… Para ello siempre es necesario poder constrastar con alguien con más experiencia en el tema. Lamentablemente hay muchoembaucador de pseudo-espiritualidades.
Por otra parte, para los cristianos, una fe vivida individualmente es incompleta. La fe necesita de la comunidad, de la comunión, del grupo. Pero ese sería ya otro paso más avanzado en este proceso.

En conclusión, Dios está también en Internet, sobre todo en personas que viven su fe desde una experiencia intensa de Él, con su modo de vida. También a través de literatura o reflexiones más teóricas. Pero hay que tener cuidado de qué espiritualidad buscamos para no dejarnos engañar. Y si se puede, incluso mejor, poder contrastar con alguien con más experiencia en el tema.

1 Comment
  • Tony
    Posted at 22:11h, 14 octubre Responder

    Buen post. Gracias por publicarlo. Seguid as

Post A Comment

*