Papa Francisco

«Casi del fin del mundo»

Papa Francisco

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Ayer a las 18:00 h. estaba en Barcelona, me tocaba hacer una ponencia en el Colegio de Abogados de la ciudad, sobre libertad de religión y de expresión en el espacio público. Y no me lo vas a creer pero ni eso me frenó para seguir con el móvil la fumata blanca, la larga espera y, finalmente, la aparición en el balcón de nuestro ya querido Papa Francisco. Es más, cuando salió la fumata blanca no pude evitar interrumpir y decirlo.

«Casi del fin del mundo», al escucharlo me recordó al «de un país lejano» de Juan Pablo II. No lleva 24 horas como Papa y ya le han publicado todas sus intimidades, las certeras y las falsas. Y yo llevo leyendo sobre él no sé cuántos miles de palabras. No sé cómo es que dicen que la Iglesia es inmovilista, pero si no deja de sorprendernos. Las casas de apuesta han perdido, los vaticanistas han fracasado, los tertulianos y todos nosotros en general no sabíamos de quién nos hablaban. Su nombre no sonaba. Para mí la sorpresa ha ido creciendo a medida que he ido leyendo más sobre él.

Latinoamericano y religioso, además jesuita. Tengo motivos para sentirme identificada y contenta. Me conquistó el corazón con su primera frase y hasta la última. No lo tiene fácil y lo sabe, nos invita a recorrer «un camino de hermandad, de amor, de confianza entre nosotros.» Ser Papa en el siglo XXI no es fácil. Pero desde el inicio ha ido a la fuente:  «Recemos por todo el mundo, para que haya una gran hermandad.» Y rompiendo todo protocolo, muy humildemente, pidiendo: «Antes que el obispo bendiga al pueblo os pido que pidáis al Señor para que me bendiga.»

Aunque la mayoría de los diarios han recibido muy bien la noticia, algunos han comenzado a sacarle puntas, fundadas muy probablemente en los rumores del gobierno de su país para desprestigiarle. El Papa Francisco por lo visto es claro, contundente y no se anda con «chiquitas» cuando se trata de defender la justicia y a los más pobres. Hay una entrevista que le hicieron en el Diario Perfil, de Argentina, muy interesante, publicada en abril de 2010. En ella responde claramente a todas esas acusaciones punto por punto.  No hacían falta aclaraciones pero yo le creo. Ni colaborador de dictaduras, ni de la teología de la liberación, ni encubridor de injusticias, ni nada de nada. Fiel peregrino seguidor de Jesucristo y punto, que ya es bastante.

Esta tarde lo ha confirmado. En su homilía de la eucaristía con los cardenales,  ha dicho: «Podemos construir tantas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, no vale. Nos convertiríamos en una ONG filantrópica, pero no seríamos la Iglesia». Y además nos invitó a que «tengamos el valor; sí, el valor, de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor, de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor que se derramó en la Cruz; y de confesar la única gloria: a Cristo crucificado.»

Me parece que sus obras y palabras han sido ya bastante claras. Ahora dejémosle ser Papa. Ah, y con todo, también bromista. El cardenal Dolan contaba que anoche en la cena cuando celebraban su nombramiento en su brindis dijo a los cardenales: «Que Dios les perdone por lo que acaban de hacer».

Me decían anoche por Twitter unos argentinos que la gente había salido a las calles gritando: «Francisco primero, te quiere el mundo entero». Yo me uno a ese grito.

Xiskya Valladares
[email protected] | www.xiskya.com | @xiskya

1 Comment
  • Majo
    Posted at 09:51h, 15 marzo Responder

    Imagínate tu la sorpresa que sentimos los argentinos cuando dijeron Georgius Marius. Una traducción de mi horrible latín al castellano me hizo preguntar: Jorge Mario? antes de que digan el apellido en casa estábamos gritando como locos. La sorpresa, mezclada con la incredulidad y el júbilo de saber que nuestro obispo era papa. Argentina fue una fiesta. Y aún ayer era una fiesta. Los autos con banderas del vaticano por todas partes y una sonrisa descubierta en cada uno de nosotros caminando por la calle. Porque todos sabemos quién es. Quien ha sido, ese pastor que estuvo, sin miedo, al lado de todo aquel que lo necesitó. El ataque del gobierno y algunos periodistas pagados por el, ha sido incesante. Esa necesidad de desprestigiarlo nos ha dejado sorprendidos aún a nosotros, que conocemos la calaña de quienes nos gobiernan.pero de a poco ham empezado a cambiar el discurso. Sería de necios no hacerlo. Argentina es una fiesta y saben que no les conviene estar en contra de tantos argentinos. Lo que más me alegra es que el mundo, finalmente, conocerá un argentino humilde. Que sirva para limpiar un poco esa imagen que nos hemos ganado en el mundo… Que viva el papa Francisco!

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